viernes, 4 de marzo de 2011

EL I CHING

EL  TAO
Los santos sabios de tiempos antiguos hicieron EL I CHING también llamado el LIBRO DE LAS MUTACIONES queriendo comprender  las leyes de la naturaleza y del destino. Establecieron por lo tanto el TAO (sentido) del Cielo y lo denominaron: lo oscuro y lo luminoso. Estableciendo el TAO (sentido) de la Tierra y lo denominaron: lo blando y lo firme. Establecieron el TAO (sentido) del hombre y lo denominaron: el amor y la justicia.  Juntaron estas tres energías fundamentales y las duplicaron. Por esta causa son siempre seis trazos lo que, en el Libro de las Mutaciones, forman cada unos de los hexagramas del I CHING. 



EL  YING  Y  EL  YANG

Al examinar los principios simbólicos del I CHING nos encontramos con unos pocos conceptos, si bien expresan elementos básicos y grandiosos.
El pensamiento fundamental es el del "cambio" o "mutación". En los DIALOGOS (Lun Yû, IX, 16) se narra como cierta vez el Maestro Kung se detuvo a orillas de un río y dijo: "Así todo va fluyendo como este río sin parar día y noche."


                                                                         
La mirada de quien ha captado este principio del cambio incesante, ya no se detiene en las cosas particulares que pasan con el fluir de la corriente, sino que se dirige hacia la ETERNA LEY que sostiene todo cambio. A esa ley eterna se le llama TAO (sentido), término expresado primeramente por el gran místico y filósofo chino LAO TSÉ (s.VI a C.). EL TAO se diseñó en forma de círculo; fue luego subdividida en luz y tiniebla. YING y YANG que asimismo desempeñó su papel en la India y en Europa.


Desde que Carl G. Jung reconociera publicamente las facultades oraculares del I CHING  y el de poder explorar el inconsciente de sus pacientes y al plantear su concepto de sincronicidad, estos hechos sincronísticos son atemporales, aespaciales y acausales que no pueden ser localizados puramente en lo psíquico sino también opera en los objetos, situaciones, cosas y otros individuos y por lo tanto relacionado a un ordenamiento formal común entre psique y phisis determinado por una similitud de significado no causal; contiene ciertas "existencias inmediatas de acontecimientos que para la consciencia son futuros". Jung aplicó el Principio de Sincronicidad no sólo a los fenómenos psicológicos sino también a los parapsicológicos, como por ejemplo en los estudios realizados por J. B. Rhine en la Universidad de Duke sobre la adivinación de cartas mediante la PES (percepción extrasensorial). Desde hace más de medio siglo la fama de esta antiguo ORÁCULO CHINO no ha dejado de crecer en Occidente.  Está probado que el I CHING contesta a todo tipo de cuestiones que podamos someterle, como ser afectivas y emocionales, de trabajo, relativas a nuestra suerte o nuestro estado de ánimo, etc.. En todos los casos se comporta frente a nosotros como un maestro. El amigo que siempre hemos deseado tener. También es un instrumento que sirve para despertar un "YO" dormido y sabio que todos nosotros albergamos en lo más profundo de nuestro ser.
PARA UNA VERSIÓN DEL "I  KING"

El porvenir es tan irrevocable
Como el rígido ayer. No hay una cosa
Que no sea una letra silenciosa
De la eterna escritura indescifrable
Cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
De su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
Es la senda futura y recorrida.
El rigor ha tejido la madeja.
No te arredres. La ergástula es oscura,
La firme trama es de incesante hierro,
Pero en algún recodo de tu encierro
Puede haber una luz, una hendidura,
El camino es fatal como la flecha.
Pero en las grietas está Dios, que acecha.

Jorge Luis Borges




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